Tipos de techos y productividad

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Los diseñadores de oficinas analizan el efecto de los entornos físicos en la productividad y satisfacción de los empleados y exploran nuevas formas de mejorar su experiencia en el trabajo. En este artículo, Craig Dodsworth, director de marketing de Zentia (anteriormente Armstrong Ceiling Solutions) analiza el papel central de los techos en ese proceso.

Tipos de techos y productividad

Los estudios han demostrado lo que ya sabíamos: el entorno afecta a nuestro estado de ánimo. Además, puede afectar a nuestra productividad en el trabajo.

Mediante un estudio sobre oficinas que realizó el British Council en 2014, se identificaron los factores que más molestaban a los trabajadores: ruido, mala iluminación, temperatura inadecuada, falta de aire fresco y escasez de espacios para relajarse. Factores del entorno físico como los que acabamos de mencionar están estrechamente relacionados con el ánimo de los empleados, su rendimiento e incluso su satisfacción laboral. Además, dado que los costes asociados a los empleados pueden suponer hasta un 90 % del presupuesto operativo, parece claro que aumentar ligeramente la productividad de la mano de obra reportará importantes ventajas comerciales.

Este dato, junto al aumento de la preocupación por la salud mental de los empleados, ha hecho que los diseñadores de oficinas y los propietarios de negocios concedan más prioridad al bienestar en los edificios, y muchos de esos diseñadores y propietarios han incorporado el concepto a su estrategia de negocio.

Con ello, han llegado nuevas ideas y enfoques diseñados para favorecer los aspectos cognitivos, emocionales y físicos de la salud mental. Entre esos enfoques, destacan el llamado «resimercial», que combina los interiores residenciales y laborales para crear espacios más amables y cómodos, y el diseño biofílico, mediante el que se integra el mundo natural en los entornos de oficina usando materiales orgánicos y plantas. Además, se habla de la idea de la autenticidad, que refleja un mayor compromiso empresarial con la transparencia y la sinceridad en las relaciones interpersonales y, en definitiva, lleva el diseño a entornos más abiertos y centrados en el usuario.

Estos espacios laborales se engloban en la categoría de espacios experienciales, los cuales favorecen la interacción y el bienestar. Nos referimos, por ejemplo, a la introducción de salas de juegos, pistas para correr, áreas de descanso o incluso cocinas. Estos espacios favorecen la interacción de las personas y crean una experiencia laboral más sensorial.

Las personas son lo más importante, así que se adopta un enfoque que prioriza al usuario y combina la demografía y la psicografía.  Es decir, los diseñadores tienen en cuenta la edad, el género, los estilos laborales y las actitudes e intereses del mercado objetivo para satisfacer mejor sus necesidades. Así, se aseguran de que tanto las personas como los edificios alcancen todo su potencial.

Los techos, que se sitúan por encima de todo lo demás y ocupan una gran superficie en cualquier espacio de oficinas, juegan un papel muy importante a la hora de alcanzar ese potencial. Por ejemplo, se piensa que los techos altos favorecen la creatividad gracias al efecto catedral. Por el contrario los techos bajos ayudan a concentrarse y realizar tareas que requieren precisión. Por tanto, la mera posición del techo puede afectar al estado de ánimo y a la productividad, y eso sin tener en cuenta cómo influyen las características específicas del techo en la calidad de la luz, del sonido y del aire.

Normalmente, se mide el nivel de CO2 que hay en aire de los interiores, así como la presencia de componentes orgánicos volátiles, como ozono y alérgenos. Algunos componentes orgánicos volátiles emitidos por muchos materiales de construcción son tóxicos y peligrosos para las personas, así que seleccionar soluciones para techo con bajas emisiones de estos compuestos (o ninguna) puede favorecer la salud en la oficina. Los techos elevados también pueden ayudar, ya que aumentan la estratificación y mejoran la calidad del aire.

Los sistemas para techo también pueden ayudar a controlar el ruido, uno de los elementos más molestos en las oficinas. Los paneles también pueden absorber o atenuar el sonido y, junto a las pantallas acústicas y los paneles flotantes, pueden usarse para adaptar los espacios y crear diferentes zonas acústicas. Por ejemplo, zonas donde se oiga mejor al profesor en los colegios o áreas que proporcionen calma e intimidad en los hospitales.

Además, si se aumenta la reflectancia del techo para reducir la dependencia de la luz artificial, se puede aumentar el confort visual, otro de los factores asociados a la productividad y el bienestar.

Los techos también tienen otras características que favorecen el bienestar; entre ellas, la protección frente a incendios, el aislamiento térmico o el tratamiento antimicrobiano, muy apropiado para el mundo actual.

Por último, hay otro aspecto importante del bienestar que merece la pena considerar: la salud del planeta. ¿Qué nivel de sostenibilidad ofrece el material? ¿Se puede reciclar fácilmente? Los paneles minerales para techo son totalmente reciclables, y algunos fabricantes disponen de programas de aprovechamiento de desechos para reciclar el material sobrante de los paneles cortados y aprovecharlo para fabricar paneles nuevos. En algunos casos, se han llegado a reciclar más de 15.000.000 m² desde 1999.

Los techos suspendidos están muy asentados entre los métodos de fabricación de la actualidad, y se usa la fabricación fuera de la obra para reducir los residuos en ella. En las instalaciones que combinan distintos sistemas de suspensión, se pueden reducir o eliminar eficazmente los residuos de los paneles para techo en la obra.

Como se afirmó en un informe de 2018 del Global Wellness Institute, nuestras casas, comunidades y entornos determinan hasta el 90 % de nuestro estado de salud. Los techos juegan un papel importante en favorecer el bienestar. Los prescriptores tiene la oportunidad de repensar qué pueden hacer los techos y usar su creatividad para transformar la vida de la gente, aportar valor añadido y favorecer la felicidad y la productividad.